viernes, 20 de noviembre de 2009

Alas de Águila


Aquellos que damos clases en los colegios secundarios nos llenamos cada día de las esperanzas de nuestros jóvenes. Ellos como los pichones de águila están emplumados y listos para salir del nido a explorar sus propias montañas y aventuras. Desgraciadamente vemos que muchos de nuestros aguiluchos emprenden vuelos equivocados y caen en tierra para picotear las sobras. Impulsados por malas compañías o por sus propias pasiones indomables se lanzan con fuerza a las drogas, al alcohol, al sexo desenfrenado, y caen pesadamente a tierra.

Queridos jóvenes miren el sol que existe en lo alto de sus nidos y lancen el vuelo hacia él. No se desplomen buscando salidas fáciles ni toquen el polvo de las tierras bajas, busquen la altura de las montañas donde la nieve es tan blanca, el agua tan limpia y la vegetación tan sana.

Nosotros las águilas mayores no entorpeceremos el vuelo que ustedes mismos deben emprender, pero podemos ayudarles a encontrar el camino propio, porque no existe el mismo camino para la Águilas. Cada una puede hacer el propio. Sientan el aire en sus alas y láncense a volar alto, siempre tendrán el nido para volver a cobijarse cuando quieran.